–¡Manolo, te juro que hay un toro subido en el tejado!
–Será el de Osborne.
–¡Qué no, que es verdad!
–Bueno, pues pídele unos vinos.
–¡No te rías, que te lo digo en serio!
–A ver si es que quiere cantar como el gallo.
–Pues no sé si querrá cantar, pero tiene una cara de mala leche…
–Ya será menos.
–Para mí que es el toro de Paulo, que tiene unos cuernos que…
–¡Qué tonterías dices, como va a ser el toro de Paulo!
–No sé, ¿no le habrás hecho nada a sus vacas?
–¿Pero qué dices?
–Manolo, que nos conocemos.
–Maruja, que no les he hecho nada, he cambiado.
–Pues tú sabrás, pero se está metiendo por la Chimenea…
–¡Maruja, por Dios, que no he hecho nada, díselo tú!
–¡Ah, no, a mi no me líes!
–¡Por favor, mujer, ayúdame!
–¡Osea, que sí lo has hecho!
–¡Qué no, mujer, que no, que yo solo te quiero a ti!
–¿Y que esperas que haga?
–¡No sé, mete el culo en la chimenea!
–¡Eres un cabrón!
Al fin de vuelta!
Ays mi corazón que hizo cataclac, patipum, patapamp y se rompió. He cogido un poco de celo, he arrejuntado un poco y parece que late, aunque se le va la sangre por todos lados. Me faltan un montón de pedazos, creo que ya los doy por perdidos.
Pero hey! Que me ha quedado un mosaico que ni Gaudí!
–¡Manolo, te juro que hay un toro subido en el tejado!
–Será el de Osborne.
–¡Qué no, que es verdad!
–Bueno, pues pídele unos vinos.
–¡No te rías, que te lo digo en serio!
–A ver si es que quiere cantar como el gallo.
–Pues no sé si querrá cantar, pero tiene una cara de mala leche…
–Ya será menos.
–Para mí que es el toro de Paulo, que tiene unos cuernos que…
–¡Qué tonterías dices, como va a ser el toro de Paulo!
–No sé, ¿no le habrás hecho nada a sus vacas?
–¿Pero qué dices?
–Manolo, que nos conocemos.
–Maruja, que no les he hecho nada, he cambiado.
–Pues tú sabrás, pero se está metiendo por la Chimenea…
–¡Maruja, por Dios, que no he hecho nada, díselo tú!
–¡Ah, no, a mi no me líes!
–¡Por favor, mujer, ayúdame!
–¡Osea, que sí lo has hecho!
–¡Qué no, mujer, que no, que yo solo te quiero a ti!
–¿Y que esperas que haga?
–¡No sé, mete el culo en la chimenea!
–¡Eres un cabrón!
Al fin de vuelta!
Ays mi corazón que hizo cataclac, patipum, patapamp y se rompió. He cogido un poco de celo, he arrejuntado un poco y parece que late, aunque se le va la sangre por todos lados. Me faltan un montón de pedazos, creo que ya los doy por perdidos.
Pero hey! Que me ha quedado un mosaico que ni Gaudí!