Tedy Pera, el gran empresario español, respetaba la ley, y ante todo y sobre todo, respetaba al trabajador. Sus empresas eran honestas y no contaminaban al medio ambiente. Sus empleados trabajaban felices y comían perdices.
Pero la crisis llegó, sin previó aviso para el honrado empresario, y se vio obligado a hacer recortes. Buscó la mejor manera de hacerlo, sin tener que despedir a nadie.
Se enfrentó al gobierno, a los bancos y a los sucios empresarios que arruinaban la Nación. Recibió puñaladas de los sindicatos, que llevaron a los trabajadores a la huelga. Las manifestaciones eran cada vez más salvajes, y la intervención policial más brutal.
Tedy quiso acabar con esto de forma pacífica, y se interpuso entre todos ellos. Las consecuencias fueron fatídicas, perdió los ojos y una mano.
Fue entonces cuando el Maestro Corruptor acudió en su ayuda. Le implantó unos ojos araña al 75% de interés, y un garfiodolar libre de impuestos. Lo llevó a las puertas del Paraíso Fiscal. Le mostró la santa verdad del mundo de las finanzas.
Aprendió Tedy la lección, superó la prueba de fuego, sacrificando a la Bestía Hacienda, y pasó a dirigir su imperio con mano dura y garfio feróz.
Ere que ere, opa que opa…
Ahora se le conoce como El Peste.
Procuraré cruzarme al Maestro Corruptor por la M15 a ver si le puedo echar de la carretera 😛
Tedy Pera, el gran empresario español, respetaba la ley, y ante todo y sobre todo, respetaba al trabajador. Sus empresas eran honestas y no contaminaban al medio ambiente. Sus empleados trabajaban felices y comían perdices.
Pero la crisis llegó, sin previó aviso para el honrado empresario, y se vio obligado a hacer recortes. Buscó la mejor manera de hacerlo, sin tener que despedir a nadie.
Se enfrentó al gobierno, a los bancos y a los sucios empresarios que arruinaban la Nación. Recibió puñaladas de los sindicatos, que llevaron a los trabajadores a la huelga. Las manifestaciones eran cada vez más salvajes, y la intervención policial más brutal.
Tedy quiso acabar con esto de forma pacífica, y se interpuso entre todos ellos. Las consecuencias fueron fatídicas, perdió los ojos y una mano.
Fue entonces cuando el Maestro Corruptor acudió en su ayuda. Le implantó unos ojos araña al 75% de interés, y un garfiodolar libre de impuestos. Lo llevó a las puertas del Paraíso Fiscal. Le mostró la santa verdad del mundo de las finanzas.
Aprendió Tedy la lección, superó la prueba de fuego, sacrificando a la Bestía Hacienda, y pasó a dirigir su imperio con mano dura y garfio feróz.
Ere que ere, opa que opa…
Ahora se le conoce como El Peste.
Procuraré cruzarme al Maestro Corruptor por la M15 a ver si le puedo echar de la carretera 😛